Sobre la Reforma Fiscal

El pasado 6 de diciembre, el Presidente Mauricio Funes se dirigió a la nación con un mensaje: Manifestar que pone en marcha su reforma tributaria. El mensaje es claro, sobretodo, porque nos esta diciendo que enviara la iniciativa de propuesta a la Asamblea Legislativa sin hacerle consultas a nadie, sin consenso, y de alguna manera, de forma impositiva. Yo creo que implementar una reforma fiscal no esta en debate, nadie la discute, mas bien, se reconoce como necesaria. Ahora bien, el contenido de dicha reforma si debería estar sujeto a mayor análisis, discusión y consenso. Hay partes que pudieran salir afectadas y , por ello, lo prudente seria escuchar a las diferentes partes. La empresa privada, a través de sus diferentes gremiales y asociaciones, solicitan dialogo, e incluso, han generado contrapropuestas para que sean sometidas al respectivo análisis. Sin embargo, todo esto parece descartarse y se ha decidido obviar cualquier discusión. No estoy del todo de acuerdo. Sin dialogo, ni discusión, es muy difícil pensar encontrar a futuro un pacto fiscal.

En su mensaje a la nación el Presidente Funes dice: "Seamos sinceros. ¿A cuántos salvadoreños les afecta que tenga más impuesto la importación de yates?"

Con mucho respeto, a mi me gustaría preguntar lo siguiente: " Seamos sinceros, señor Presidente. ¿A cuántos empresarios y a cuántos salvadoreños realmente les preocupa o les importa que tenga más impuesto la importación de yates?"

De ninguna manera creo que a la Empresa Privada le pueda preocupar un alza arancelaria en la importación de yates. Para nada, por mi que le suban otro 10 porciento, no me parece que hubiera mucha protesta, seria una buena medida. Lo que me parece que realmente le preocupa a la empresa privada es la aplicacion de nuevas medidas fiscales que afecten costos de insumos de producción, alza en costos de logística y transporte, impuestos y medidas que incrementen el costo de las importaciones y laceren las exportaciones. Lo que le preocupa a la empresa privada es la implementación de medidas que afecten la productividad y se traduzcan en un incremento en el costo final al publico, afectando al consumidor y a la larga , a la industria. Preocupa que ciertas medidas reduzcan la inversión, depriman ciertos sectores industriales y causen, a la larga, ceses laborales.

Es lógico pensar que cada quien defiende lo suyo. Y no dudo que muchas posturas o planteamientos que puedan hacer los empresarios estarán dirigidos a salvar sus propios intereses. Pero eso de ninguna manera excluye que la empresa privada, basándose en su conocimiento de la industria, tenga la capacidad de hacer señalamientos y propuestas positivas. No estoy diciendo que se le conceda todo lo que piden, o ni siquiera algo de lo que piden. Pero es importante que se les de la oportunidad de exponer su caso, escucharles con mente abierta y luego decidir si hay validez en los argumentos y si hay algo rescatable dentro de lo propuesto.

Me parece que es importante que el Estado busque eficientizar y mejorar su recaudación de impuestos. Pero hay que tener cuidado, incrementar la recaudación no siempre requiere de embarcarse en un aumento desenfrenado de impuestos. Se puede intentar, en primer caso, enfocarse en crear mecanismos que detengan la evasión fiscal. Se puede evaluar cuanta venta informal hay, cuantos evasores existen y , sobretodo, cuantos millones deja de percibir el estado a causa de esa evasión. No digo que no subamos impuestos, es algo necesario en muchos rubros. Pero bien se puede enfocar en eficientizar la recolección en temas de evasión para no tener que caer en generar impuestos que si pueden afectar.

Lo repito, hay necesidad de una reforma tributaria. Estoy de acuerdo en aplicar impuesto a artículos de lujo, estoy de acuerdo que el que tiene mas debe pagar mas impuesto y el que tiene menos, pues menos. Pero estando en una crisis económica hay que poner mucha atención al momento de implementar impuestos que puedan poner en juego ciertas industrias, deprimir aun mas rubros que ya se encuentran deprimidos. Hay que evitar caer en errores del pasado, o errores que vemos en nuestro entorno internacional y regional.Se debe actuar con sensatez y, sobretodo, con consenso. Me gusta que un presidente tenga firmeza en sus posturas, que tenga puntos no negociables. Pero también me gusta un líder que sepa escuchar y reconocer aportes positivos. Hagamos una reforma fiscal eficiente y equitativa, que responda a objetivos de largo plazo y no a situaciones de inmediatez. Hagamosla solida, construyamosla con visión y sentido comun.


Reforma fiscal ElSalvador