Rashomon es considerada como la primera obra maestra del gran director Akira Kurosawa. Y vaya que lo es, han pasado casi 60 años desde su creación y aun sigue siendo considerada una película innovadora y gran punto de referencia para cinematógrafos. Kurosawa era un perfeccionista, un maestro para maximizar presupuestos y recursos y, sobretodo, Kurosawa fue un hombre que gustaba tomarse riesgos para lograr nuevas sensaciones.
Lo destacable de esta obra es que probablemente por primera vez en una película se juntan una serie de recursos dinámicos como los flashbacks, historias no lineales y la presentación de una historia a partir de los distintos puntos de vista de cada protagonista. Por todo esto, se debe decir que la película estaba muy adelantada a su época en la forma en la cual se presenta la historia. Y precisamente por la manera en la que se presenta la historia es que, a pesar del tiempo, la película logra ser interesante, atractiva e intrigante a quien la ve por primera vez.
La historia de Rashomon nos trasporta a un Japón medieval y nos centra en los acontecimientos de un reciente crimen. Específicamente, conocemos que los hechos indican que un Samurai fue asesinado y a la vez su esposa fue violada. Lo singular de esta situación es que tanto implicados, testigos e incluso victimas, van narrando el acontecimiento desde su propio punto de vista. Curiosamente, cada historia de alguna manera contradice a las otras. Esto inevitablemente causa gran intriga en el espectador y lo invita a ir sacando sus propias conclusiones en cuanto a la manera en la que se dio el crimen.
Habrá que destacar que la película en cuanto a cinematografía es excepcional, ya que Kurosawa utiliza recursos de acercamientos de cámara a los personajes, enfoques y movimientos de cámara que buscan evocar un particular sentimiento o sensación.(Este recurso seria adoptado luego por Sergio Leone). Asimismo la estenografía y el uso de la luz ayudan a crear un deseado ambiente.
Rashomon es un trabajo excelso en todo sentido. Kurosawa utiliza recursos cinematográficos que permiten crear gran expectativa y a la vez reflejar una visión oscura de la condición humana cuando se enfrenta a situaciones precarias o adversas. Impecable en cada detalle, tal cual le gustaba a Kurosawa. Una película revolucionaria y sin duda una de las más influyentes obras del director japonés.
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