Doce mil ochocientas y tres veces me ha tocado sufrir la impuntualidad de amigos, conocidos y otras personas cuando hemos quedado a determinada hora para una reunión, para que pasen por mi, para una entrevista, etc. Y debido a ello, han sido doce mil ochocientos tres dolores de cabeza que he sufrido debido a las impuntualidades que atormentan mi mal humor. Estoy exagerando pues obviamente, no han sido doce mil y pico de impuntualidades las que he sufrido. Pero tal vez hablar de haber sido víctima de unas 200 impuntualidades, no sería una cifra descabellada. (Digamos a promedio de 1.5 impuntualidades al mes, se puede llegar a la cifra en un poco mas de 10 años).
Nuestra cultura latina y nuestra idiosincrasia salvadoreña nos ha hecho impuntuales por naturaleza. Es una característica que no excluye a nadie. Así, vemos como obreros, secretarias y ejecutivos llegan impuntualmente a sus trabajos con regularidad. Nuestro último presidente, Tony Saca, ganó fama por llegar a tarde eventos hasta con 2 horas o más de retraso. Nuestro nuevo presidente, Mauricio Funes, ha iniciado por el mismo sendero, y ya ha tenido retrasos notables.
Lamentablemente la impuntualidad se toma como algo fijo en nuestra cultura. Si te invitan a una cena o reunión a las 7 pm, por ejemplo, los anfitriones lo hacen calculando que los invitados llegarán tipo 8 pm. Es decir, lo natural es inferir que la gente llega mas tarde de la hora pactada. Y si uno llega puntualmente, pues resulta que lo ven raro a uno pues lo mas seguro es que los que te han invitado no están listos para recibirte. En nuestro país, muchas veces la puntualidad es mal vista. Que cosas…
Lo que muchos no nos hemos puesto a pensar es que gran parte de los desaciertos y los fracasos a nivel gubernamental, empresarial y social se deben muchas veces a malas costumbres y pequeños detalles, por ejemplo, la impuntualidad. Por ello, podemos ver que en los países desarrollados no se tolera la impuntualidad. Los Jefes de Gobierno de países desarrollados son los primeros en dar el ejemplo en cuanto a puntualidad. Si en Estados Unidos o Inglaterra vas una entrevista o reunión de trabajo y llegas tarde, pues pierdes la reunión. La gente en los países desarrollados no tolera ni disculpa la impuntualidad, es deber y responsabilidad de cada quien estar a la hora convenida.
La impuntualidad se refleja negativamente en nuestro carácter, sobretodo en nuestra educación. Al ser impuntuales, le estamos faltando el respeto a nuestro prójimo que muchas veces ve afectado el tiempo que tenía programado para sus demás actividades. Impuntualidad es manejar como loco en el tráfico de las mañanas. Impuntualidad es la habilidad de inventar excusas. Impuntualidad es síntoma de desorden e improductividad.
Como país debemos buscar ser siempre mejores. No disculpemos la impuntualidad, no la toleremos. No dejemos que la impuntualidad nos cause dolores de cabeza.
“Procuro ser siempre muy puntual, pues he observado que los defectos de una persona se reflejan muy vivamente en la memoria de quien la espera.”
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